Con
un nuevo álbum, La Chica Dorada vuelve al primer plano.
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Fernie
Ruano, Jr.
Otra
tarde en Miami es acompañada por un aguacero alimentado de rayos, que convierte
las calles de Midtown en una piscina de charcos. Como la madre naturaleza
continúa su asalto, varios visitantes en una sala de conferencia del segundo
piso se apegan a la ventana esperando la llegada de Paulina Rubio.
Una
hora después y tras varias garantías de una publicista que la cantante mexicana
está en camino, se oye la voz ronca y familiar de Rubio revotando por las
paredes del lujoso edificio.
Casualmente
vestida en cargas de algodón, camiseta y abrigo, aparece la rubia con una leve
sonrisa. En un estado de ánimo juguetón, le ofrece, tiernamente, un abraza a
aquellos a su alrededor antes de decirle algo en el oído a un miembro de su equipo
de trabajo.
"Todavía
tengo un montón de rasgos de esa niña que totalmente no ha crecido," dice
Rubio, entre pausas para atender a sus tres cachorros.”
"Esta
industria tiene trampas de muchos tipos y es difícil a veces para ver y
experimentar todo lo que la vida tiene para ofrecer. La vida es bella y hay que
disfrutar cada segundo de ella. ...
Me
levanto cada día con una actitud positiva."
Aunque
sólo horas antes estaba en una avión despegando de México, donde recientemente
fue nombrada Embajadora de turismo, Rubio se ve fresca y habla con optimismo
sobre su nuevo álbum Gran City Pop, su novena producción a solas. El disco fue
lanzado después de un período de tres años sin grabación.
“Gran
City Pop”, una producción donde sobresalen las mezclas acústicas con un toque
de rock y pop, especialmente vigente en “Causa y Efecto”, ha alcanzado platino
con más de 300.000 discos vendidos en Estados Unidos, apenas una semana después
de su lanzamiento en Miami, Madrid y México.
“Causa
y Efecto” se colocó en el puesto número uno de los “100 Hot Latin Tracks” de Billboard”
durante cinco semanas consecutivas tras su debut en marzo.
"Siempre
es bueno, sano, a desaparecerse un tiempo, así se puede uno reinventarse,” dijo
Rubio. “El tiempo entre grabaciones de
discos es vital porque permite que vuelva a conectar con la naturaleza y sirve
como un impulso de energía".
Hay
pequeños signos de su etapa cuando joven — la hija rebelde de la actriz Susana
Dosamantes y la superestrella fría como
el hielo con 19 millones de álbumes vendidos en todo el mundo ha desarrollado una
reputación en los últimos años, especialmente con los medios de prensa, entre
otros
.
"El
hecho que eres una figura pública significa que la gente va a saber de ti, no
importa qué,” dijo Rubio. “Está bien, entonces una historia negativa a veces
vale más que un logro a la prensa — he llegado a aprender eso a los
apretones."
Su
paciencia y conmovedoras respuestas durante una entrevista de 20 minutos y en
varios encuentros semanas más tarde, están en agudo contraste con la cantante
ardiente que en el 2006 intento golpear a una mujer fotógrafa en un aeropuerto.
"A
veces uno aprende de la manera difícil", dice Rubio.
Aunque
ella no aclara ningún incidente en particular, el pensamiento sólo podría poner
sus percances bien publicitados en el transcurso de su larga carrera en
perspectiva.
A
los 38 años, Rubio aparece mucho más madura, sabia, y con un balance espiritual,
aunque siempre será una "niña de corazón.”
Casado
desde el verano de 2007 al ejecutivo de relaciones públicas Nicolás Vallejo,
Rubio le da varios vistazos a su publicista cuando se le presento una pregunta
delicada, como la del reciente robo en su mansión de Miami Beach — pero resulta
aturdida cuando presentan sus perspectivas de convertirse en madre.
"Tal
vez no sea mañana, pero definitivamente quiero tener hijos," dice Rubio.
"Definitivamente puedo verme con una gran familia."
Rubio
estuvo fuertemente involucrado en componer las canciones para la Gran City Pop,
apoyándose en los productores Estafano y Cachorro López, para nombrar unos
pocos, mientras que buscaba crear una producción sentida de "amor y
despecho".
Aunque
las fusiones electrónicas llevan unos tonos más bailables, dándole al el disco un
sentido “retro”, la voz de Rubio esta mejor que nunca. "Puede ser que sea que
estoy madurando. ¿Cuál es el dicho: ' Yo soy como el buen vino, Entre más vieja, mas (buena),'"dice Rubio
entre carcajadas.
Rubio
empezó a experimentar con los instrumentos, especialmente la guitarra acústica
y los tambores, a la edad de 5 y dice que a temprana edad supo que quería ser
cantante.
No
pasó mucho tiempo antes de que ella estuviera tras bastidores en programas
populares de la televisión mexicana como Siempre En Domingo, mientras que iba a
todas partes junta a su madre.
"Fue definitivamente una ventaja,"
dice Rubio, ex-Timbiriche, quien comenzó su carrera como cantante a los 10
años.
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